Dos sacerdotes de la iglesia católica salvadoreña serán beatificados

Los sacerdotes Rutilio Grande y Cosme Spessotto (parte superior) junto a Nelson Rutilio Lemus y Manuel Solórzano. Foto: Angelus News

Por Ramón Jiménez

El Papa Francisco autorizó este 27 de agosto la beatificación de los mártires de la iglesia católica salvadoreña Rutilio Grande y Cosme Spessotto, ambos asesinados violentamente en hechos separados a finales de los años 70 y principios de los 80, confirmaron fuentes de la Conferencia Episcopal de El Salvador a través de un comunicado.

En la ceremonia religiosa —que tendrá lugar el 22 de enero de 2022 en San Salvador— también serán beatificados los mártires Manuel Solórzano, de 72 años, y Nelson Rutilio Lemus, de 15, quienes acompañaban al padre Tilo, como era conocido entre los feligreses el padre Rutilio, el día del sangriento ataque el 12 de marzo de 1977, cometido por escuadrones de la muerte, cuando los tres se dirigían a oficiar una misa en la población de El Paisnal, no muy lejos de la capital salvadoreña.

De igual manera será beatificado el sacerdote italiano Cosme Spessotto, quien en 1980 cayó abatido a tiros después de oficiar misa en San Juan Nonualco, un pequeño poblado en el Departamento de La Paz, al sureste de la capital del país. Aunque Spessotto era italiano residió en el territorio salvadoreño alrededor de 30 años.

Muchos salvadoreños residentes en el exterior, en especial en la región metropolitana de Washington, Maryland y Virginia, han recibido con júbilo la tan esperada noticia.

“El padre Tilo predicaba que hay que salvarnos “en racimo” o sea juntos y aferrados a la fe”, señaló Sonia Umanzor, una fiel devota del padre Tilo y en cuyo hogar funciona la Casa Rutilio Grande, donde se reúnen algunas comunidades de la región metropolitana.

Irónicamente, eso fue lo que ocurrió el día de su muerte, ya que la muerte del padre Tilo ocurrió junto a otros hermanos en la fé.

Según Umanzor, el padre Tilo no necesita realizar un milagro para que el Vaticano lo eleve a los altares, “ya que Monseñor Romero es su milagro”, al lograr que Romero diera un giro de 360 grados en su sistema de conceptualizaciones e ideas por la muerte de su amigo cercano. Aunque los mártires no necesitan hacer algún milagro.

Desde entonces se convirtió en un gran crítico de los mismos que lo habían nombrado arzobispo y se convirtió en “la voz de los sin voz”. Tres años más tarde —el 24 de marzo de 1980— él también fue asesinado por un francotirador mientras oficiaba misa en la capilla del hospital de personas con cáncer La Divina Providencia, al poniente de la capital.

El cardenal salvadoreño Gregorio Rosa Chávez será el encargado de presidir la celebración el próximo 22 de enero; el cardenal fue delegado por el mismo Papa Francisco, que coincidentemente fue quien escogió a Rosa Chávez como cardenal, y pasó por sobre el arzobispo de San Salvador, monseñor José Luis Escobar Alas, quien supuestamente tenía que ser el escogido cardenal.

Este viernes el cardenal Rosa Chávez señaló en conferencia de prensa que ya están en los preparativos en coordinación con el Vaticano, donde destacó que los procesos de beatificación fueron muy rápidos.

«Esperamos esta noticia por mucho tiempo, una noticia refrescante para el país», añadió.

Monseñor Romero —ahora San Oscar Romero— fue elevado a los altares en octubre de 2018 durante una ceremonia que tuvo lugar en la Plaza de San Pedro en el Vaticano, donde asistieron cientos de salvadoreños que llegaron desde su país y otros que residen en diferentes países del mundo

En mayo de 2015 fue beatificado en la Plaza de El Salvador del Mundo ante más de cien mil feligreses e invitados, entre estos varios presidentes y otros altos cargos de los países latinoamericanos, así como altos jerarcas de la iglesia católica que llegaron desde diferentes regiones del mundo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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