El presidente Chávez y su esforzada lucha por la vida

Por Emilio Marín 

Según el informe del gobierno venezolano, la operación a Chávez fue exitosa. Conmueve la lucha del bolivariano por su vida, a sus relativamente jóvenes 58 años. Latinoamérica pendiente del paciente y de la medicina cubana, en la lucha contra el cáncer.

Era bien conocido que Hugo Chávez Frías sufría de cáncer en la región pélvica y que desde junio de 2011 hasta febrero de 2012 había sido operado en tres ocasiones en La Habana. Antes y después de esas cirugías, afrontó numerosas sesiones de quimioterapia y de oxigenación, con medicación. Siempre hubo información oficial sobre la enfermedad, pero la oposición además de virulenta era morbosa y quería detalles íntimos de cuáles eran los órganos afectados. La enfermedad estaba a la vista. Un mandatario tan vinculado con su pueblo debió espaciar sus apariciones, mitines y viajes. Algo no andaba bien. Además estaba la caída del cabello, la gordura e hinchazón de su rostro, etc.

En julio de este año regresó de la isla socialista, tras estudios y medicaciones, y manifestó que estaba curado. Se lo notaba mucho mejor y encaró la exigente campaña electoral que cerraba el 7 de octubre. El desafío era importante porque la oposición oligárquica había realizado internas en febrero, cerrando filas en torno al empresario Henrique Capriles, candidato de todos los partidos patronales y algunos que sin serlo son funcionales. El sello «unitario», que por estos días revela numerosas grietas, se llamó Mesa de Unidad Democrática.

 

Otra cosa

En esos dos meses de proselitismo se vio a un Chávez aparentemente curado del cáncer, como sucedió con el brasileño Lula da Silva. Los 23 estados lo vieron llegar en caravana pidiendo el voto para el Gran Polo Patriótico, alrededor del Partido Socialista Unificado de Venezuela (PSUV).

La oposición unida, con todo el apoyo de la empresarial Fedecámaras y los medios de comunicación privados -que tratan al presidente como un vulgar dictador- creyó posible derrotar al bolivariano. Habría sido la primera vez en comicios presidenciales desde los del 7 de diciembre de 1998. La mitad de las encuestadoras, perdida su ecuanimidad por pagos y apremios de la MUD, informaba de la posibilidad de derrota presidencial o un seudo empate técnico.

Los números cantaron otra cosa. Este cronista los refrescó: «Los guarismos del CNE son muy claros. Hugo Chávez, del Gran Polo Patriótico, obtuvo el 55,11 por ciento (8.044.000 votos). Henrique Capriles, de la MUD, logró el 44,27 por ciento (6.461.000 votos), quedando detrás por casi 1,5 millón de sufragios y 11 puntos porcentuales. Chávez llamó a eso la ‘victoria perfecta'».

 

La tristeza

Con ese triunfo, se pensó que el 10 de enero comenzaría el mandato 2013-2019 que significarían veinte años de Chávez gobernando desde el Palacio de Miraflores.

Tres días después de aquella victoria, había nombrado como vicepresidente a Nicolás Maduro, su fiel canciller desde 2006. Esa nominación puso a Maduro, de 50 años, ex conductor del Metro de Caracas y ex activista sindical, en la línea sucesoria por sobre dirigentes como Diosdado Cabello, titular de la Asamblea Nacional; el ex vicepresidente Elías Jaua y el hermano mayor de Chávez, Adán, entre varios más.

La salud del ex teniente coronel de paracaidistas estaba resentida. Quizás la fatiga de la campaña electoral le pasó la factura. O el problema lo tendría de todos modos. Lo cierto es que el sábado 8 de diciembre el presidente usó la cadena nacional -no se emplea solo en Argentina, como dicen Mauricio Macri y Clarín- para informar al soberano que debía operarse por cuarta vez. Le habían detectado nuevas células cancerígenas en la zona pélvica y debía volver al quirófano en la clínica cubana Cimeq.

La despedida antes de embarcarse hacia La Habana fue extremadamente seria. Chávez dijo que si algo le pasaba y no podía concluir su mandato, debía hacerlo el vicepresidente Maduro, en quien depositaba toda la confianza. Y que si su problema se presentaba más adelante y debía llamarse a elecciones, ese debía ser el candidato de los bolivarianos.

 

El segundo

Su precisión fue bien republicana, pues la Constitución prevé que si la ausencia o incapacidad del jefe de Estado se produce dentro de los primeros cuatro años del mandato de seis, se convocará a nuevos comicios en 30 días. Si tal circunstancia acontece en los últimos dos años, completa el vice.

Hablar como lo hizo el enfermo el sábado 8, era casi que la vida se tuteara con la muerte. Esa dolorosa circunstancia impactó hondo en la mayoría de los venezolanos, aunque siempre habrá una minoría oligárquica desalmada, como la que en 1951 en Buenos Aires pintaba

 

«Viva el cáncer»

A los bolivarianos les quedaron tres elementos a los que aferrarse. Uno, que su líder estaba en las mejores manos: la medicina cubana. Dos, que con 58 años debía tener reservas físicas para pelear más tiempo con el cáncer. Y tres, que aunque cada líder es insustituible, hay relevo en Maduro, Cabello, Jaua, Adán, Rafael Ramírez (ministro de Energía y titular de la petrolera Pdvsa), etc.

La situación era gravísima. Un dato político lo graficó: el viernes 7 se hizo en Brasilia la Cumbre de Presidentes del Mercosur y era el debut de Venezuela, luego de la luz verde de la Cumbre de julio en Mendoza. Era un logro político y personal de Chávez, quien desde 2006 batalló para la incorporación al bloque comercial, superando los obstáculos de la derecha paraguaya y brasileña.

 

¿Y justo el día del ingreso con bombos y platillos, faltaba a la cita? También Maduro, pues la representación la ostentó Ramírez, de Energía. Al día siguiente se supo todo: el presidente estaba en otra batalla más importante, por su vida. Y el vice estaba a su lado, ayudando, como deberían hacerlo los vices (no todos son traidores como Julio Cobos).

 

La carroña

La cuarta operación se hizo el martes 11 y Maduro llevó tranquilidad a la gente: «ha sido una operación compleja, los médicos han estado en comunicación permanente con nosotros. Hemos vivido momentos complejos, de tensión. Pero por suerte esa humanidad de nuestro comandante otra vez mostró su fortaleza». Ahora vendrán días de reposo y chequeos médicos, antes de poder regresar a Caracas.

Con los antecedentes del paciente y de esta enfermedad, no se debería incurrir en ningún triunfalismo. El enfermo deberá retomar su actividad de a poco. Fue bueno haber estado fuera del país justo en el desemboque de los comicios regionales del domingo 16.

Se eligen gobernadores en los 23 estados y 261 legisladores a las respectivas legislaturas, pudiendo sufragar más de 17 millones de electores. El Consejo Supremo Electoral y las autoridades del Plan República, que distribuye las más de 36.000 máquinas para votar, aseguraron que está todo listo.

El mayor general Wilmer Barrientos, jefe del Comando Estratégico Operacional, está a cargo de los 141.000 efectivos del Plan República, que dará seguridad. Ya el 7 de octubre las cosas fueron transparentes y normales, sin incidentes ni denuncias como las que maquinaba la oposición en caso de derrota. No pudo ni chistar pues todo fue en regla, con miles de observadores internacionales.

El oficialismo gobierna 16 estados y los partidos del MUD lo hacen en los 7 restantes; algunos de éstos son importantes, como Miranda, donde Capriles bajó a disputar la gobernación frente al ex vicepresidente Jaua. Allí, en Lara, Tachira y Mérida, entre otros, el chavismo quiere desplazar a la oposición.

Los oficialistas quieren ganar en los 23 estados para ofrecer esa victoria al convaleciente, pero es muy difícil ese resultado, por varios motivos. No es una elección presidencial, pesan los candidatos regionales y la derecha conserva algo más del 40 por ciento del padrón nacional. Además, en varios estados puede haber insatisfacción de las poblaciones por la inflación o por fenómenos de corrupción y burocratismo propios de dirigencias locales.

 

Carroña financiera

Estos comicios han perdido interés por la posibilidad de que se llamen a presidenciales por la enfermedad de Chávez. La MUD está entrampada porque su ex candidato Capriles ahora está peleando la gobernación de Miranda. ¿Quién confrontará con Maduro, llegado el caso?

En materia de análisis, lo más indignante es el cálculo de los popes de las finanzas internacionales y de la oligarquía caraqueña, tal como se desprende de un artículo del Wall Street Journal Américas, el martes 11, titulado «Venezuela y los inversionistas ponderan un futuro sin Chávez».

Allí se lee: «Los mercados financieros y los venezolanos comunes y corrientes empezaron a preguntarse cómo cambiaría el país petrolero si fallece el ex comandante. Los precios de los activos venezolanos subieron conforme los inversionistas apostaron a que la reincidencia del cáncer eleva las posibilidades de que Chávez muera o renuncie en los próximos meses. Los inversionistas apuestan a que eso allanará el camino para que se realicen nuevas elecciones y, tal vez, a un cambio de las políticas populistas y estatistas que han caracterizado la gestión del mandatario». La nota lleva las firmas de Kejal Vyas y José de Córdoba.

Esta carroña financiera viene anhelando ese sepelio desde hace 14 años. Tendrá que esperar un tiempo más. Ojalá que mucho tiempo más.

Fuente: LA ARENA/ARGENPRESS.Info

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