Los republicanos y los salvadoreños

Por Elmer Palma

Tradicionalmente se ha dicho en Estados Unidos que los republicanos son racistas, que odian a los latinos y que su espíritu conservador los lleva a discriminar contra los inmigrantes. Falso. También sucede con grupos demócratas y hay de todo en ambos partidos políticos.

Sin embargo, los republicanos han sido más generosos en el tema migratorio que los demócratas —especialmente con los salvadoreños— y eso no lo digo yo, lo dicta la historia.

Por supuesto que son conservadores en temas como el aborto, los matrimonios de homosexuales, los valores familiares y las bases en las que fue creada la nación más poderosa del mundo.

Promueven la creación de empresas como base para generar empleos. Creen firmemente en que la sociedad estará mejor si todos sus individuos tienen un empleo digno que les permita cubrir sus gastos necesarios para vivir.

Creen en una clase media que trabaja para vivir y no para sobrevivir sin depender mucho del Estado. Creen en que los impuestos tienen que ser bajos para que el dinero se quede circulando entre la población y que no lo acapare el gobierno.

También creen en que hay que pagar impuestos como fundamento para que el Estado funcione y dé la protección —que como Estado— le corresponde ante situaciones extremas como guerras, desastres naturales, etc. Ponen bien en claro los derechos y deberes del ciudadano y las responsabilidades de un Estado pequeño y sin despilfarros.

[El ex presidente] Ronald Reagan dijo una vez: “Los latinos son republicanos, pero aún no lo saben”. Se refería a temas sociales, culturales y valores familiares y cristianos que están bien arraigados en los países latinos y que los republicanos practican más que los demócratas.

Los demócratas son liberales por excelencia. Apoyan los matrimonios homosexuales, el aborto y el desorden social. Creen en que el Estado es responsable de ayudar a la gente en todo sus gastos y que la generación de empleos no es importante.

En contraste creen que hay que desvalijar a las empresas y no dejarlas prosperar. Apoyan sindicatos en la destrucción de las empresas y firmemente creen que los impuestos deben ser altos para la clase media y los ricos, para que el estado distribuya equitativamente entre la población con servicios sociales desbordados, que la gente misma podría pagarse; si tan solo tuviesen un empleo. Inventan fórmulas para hacer populismo.

Pero en el tema migratorio, ambos partidos crean confusión entre los inmigrantes. Los demócratas encubren el tema con otros servicios sociales para la población a la que dicen defender. Pero que al final, en lo migratorio, poco o nada han concretado a través de la historia.

Los republicanos también confunden. En su lucha por el proteccionismo y el conservacionismo confunden a la gente, haciéndoles creer que en lo migratorio también atacan. No hay que dejar de mencionar que en el grupo hay manzanas podridas que han desbordado sus actitudes racistas en contra de los inmigrantes y en localidades les han hecho mucho daño. Como sucede en Arizona; al extremo de crear leyes que discriminan y degeneran a la sociedad en general.

Bajo el pretexto de pretender limpiar sus comunidades del crimen y las aberraciones descontroladas que amenazan su tranquilidad; arrecian contra los que violan la ley y buscan expulsarlos a como dé lugar. Válido o no, asustan.

Pero en ese desborde de acusaciones y alegatos en el eterno debate migratorio, surgen datos históricos importantes que los demócratas no quieren mencionar ni quieren que se conozcan. Y es que en los últimos 30 años los republicanos son los que más han beneficiado migratoriamente a los inmigrantes. Especialmente a los centroamericanos.

La amnistía del 1986 que Ronald Reagan —presidente republicano— promovió, fue afanosamente mas aprovechada por los centroamericanos que recién habían llegado, huyendo de los conflictos armados en pleno apogeo en Centroamérica; a diferencia de los mexicanos quienes aprovecharon menos, hablando relativamente en proporciones.

Previamente en 1982 Reagan había aprobado la famosa ley Orantes, también conocida como Orden Orantes para salvadoreños. Esta ley le permite (hasta hoy en día, ya que fue creada sin expiración) a los salvadoreños a tener una audiencia con un juez, cuando son detenidos por primera vez.

El juez en general le concede al salvadoreño un estatus de corta duración, para que se presente a una segunda audiencia y así darle la oportunidad de justificar su estadía en Estados Unidos; incluso a salir con una fianza mientras busca arreglar su situación migratoria por otros medios. Hecho por el cual miles de salvadoreños terminan quedándose en Estados Unidos simplemente no presentándose a las audiencias posteriores.

A diferencia de cualquier otro inmigrante de otro país del mundo que es arrestado en la frontera o en cualquier punto del país, inmediatamente es expulsado sin derecho a una audiencia. La ley Orantes es un privilegio que solo aplica a salvadoreños.

En 1989 George H. Bush (padre) lanzó el programa temporal conocido como ABC (American Baptist Church). Posteriormente con la implementación de la ley NACARA los beneficiados pasarían de un permiso temporal a residencia permanente.

La ley NACARA fue aprobada en 1997. Lincoln Díaz Balart —un congresista republicano— fue el autor de dicha ley, en la que miles de centroamericanos fueron beneficiados. Pero especialmente los salvadoreños por ser entonces la mayoría y los que venían acarreando el TPS o asilos políticos provistos en gobiernos republicanos.

El último gran beneficio         que los salvadoreños han recibido fue en el 2001 por el entonces presidente republicano George W. Bush. (hijo). Este beneficio se dio en principio por los dos terremotos que azotaron a El Salvador. Miles gozan hoy en día de este estatus temporal que es visto como un privilegio.

Es cierto que Obama pasó recientemente una orden ejecutiva que permite a los jóvenes aspirantes al “Dream Act” acceder a un permiso temporal. Pero hay que aclarar que el “Dream Act” aún no ha sido aprobado como ley, aunque hay que reconocer que Obama lo ha promovido anteriormente.

La orden ejecutiva se aplaude, lo que se critica es la intensidad de regulaciones que la acompañan. Estas van desde limitantes de edad hasta situaciones legales que podrían ser abolidas. Por ejemplo, los jóvenes que han logrado entrar a un college con un número falso de Seguro Social no tienen acceso a la orden ejecutiva.

Ellos en su afán y hambre por aprender se han arriesgado, violando leyes que van mas allá de lo migratorio. La orden firmada por Obama los deja afuera. En cambio los dos TPS’s otorgados por los dos ex presidentes Bush (padre e hijo), venían sin mucho titubeo; lo único que se requería era estar dentro del país y no haber sido convicto de un crimen en el pasado ni en el futuro.

Pero aparte de beneficios migratorios hay que destacar que el actual contendiente republicano a la Casa Blanca, Mitt Romney —empresario exitoso en Estados Unidos— invitó en 1984 a reconocidas familias salvadoreñas a que invirtieran en una de sus empresas que les generaría enormes ganancias, como resultado de las buenas operaciones empresariales a las que Romney ya estaba acostumbrado.

Entre esas familias están los Poma y los Dueñas, que posteriormente reinvirtieron esas ganancias en El Salvador, generando así miles de empleos directos e indirectos. Como ejemplo vemos en El Salvador zonas desarrolladas y generadoras de empleos masivos: Metrocentro San Salvador con ocho etapas; Metrocentro San Miguel, Metrocentro Santa Ana, MetroSur, Unicicentro, La Gran Via, Multiplaza, entre otros centros comerciales y desarrollos inmobiliarios exitosos. Todo gracias a esos grandes capitales que Romney ayudó a crear en los ochentas.

Son miles de salvadoreños los que hoy se benefician con empleos dignos en todo el país, gracias al empuje dado por Mitt Romney a estas familias salvadoreñas para hacer dinero limpio, legal y en grande en Estados Unidos.

Desafortunadamente estos datos poco se conocen o se sacan a la luz de los votantes. Los tanques de pensamiento en ambos países los callan. Y los que alborotan y se hacen llamar activistas tergiversen esta información, para confundir a los votantes de ambos lados y en ambos países.

Las elecciones son este próximo seis de noviembre. La mayor parte del voto latino se irá con Obama, y los salvadoreños quienes casi siempre vamos hacia donde corre el agua, no serán la excepción. Todo gracias a la desinformación que sufrimos hoy en día, agobiados por las redes sociales que están matando la buena lectura.

 

Elmer Palma.

Analista.

Miembro del Comité Empresarial de Responsabilidad Social de Salvadoreños en el Mundo. ¿Comentarios? Enviarlos a palmaelmer@hotmail.com

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